Recuerdos Nostálgicos 30-5-2008
Las huertas del pueblo tenían las mejores frutas de los contornos, estas tierras pertenecen a una parte de Sierra con aire puro y sano, bañadas en aguas limpias y cristalinas, cuidadas por hombres y mujeres que Vivian de los productos que en ellas cultivaban.
Hoy vamos a recordar una fruta que existe por doquier, pero como las de Encinasola no hay quien las iguale, tienen “un no se que” que son las delicias de nuestra tierra; Son las Manzanas.
Que diríamos de ellas, sabemos que son ásperas cuando están verdes pero una vez que llegan a su madurez solo el oler una manzana de las que vendía tía Montera, penetraba en tu nariz el frescor de la sierra y es un buen bocado delicioso al sabor.
El mejor bocado es el de una tarta de manzanas de nuestras huertas ya abandonadas, quedan pocos manzanos, los que quedan siguen teniendo el fruto su sabor tan especial.
Como muestra mando dos fotos de este año todavía verdes.
Faustino Jiménez
Fuustino tienes toda la razón aun recuerdo ese olor tan especial de las manzanas de Tia Maria la Montera.
ResponderEliminarPues si Faustino las manzanas eran famosas, y riquisimas y yo lo se bien por que mi padre las traia de la huerta y nada mas llegar a casa se las quitaban de las manos, recuerdo que acudian los chiquillos a por las manzanas sueltas 2 reales 1 peseta, y los mayores al peso, hay que ver como han cambiado las cosas, saludos Isabel.
ResponderEliminarFaustino no hay nada mejor que los sabores y los olores de antaño. Mi marido me ha hablado mucho de las manzanas y de los peros de la sierra.
ResponderEliminarEs una pena que se hayan dejado perder.
Saludos.
Carmen
Faustino; como no acordarnos de el sabor y el olor de esas manzanas.
ResponderEliminarA mi, tia Montera siempre me daba cuando iva a su casa. Tú sabes que eramos y somos buenas amigas su nieta Loli y yo.
Y como no voy a acordarme de las manzanas del huerto de mi tio Dabrio.
Un besazo.
Me llega su olor al abrir los cajones de la ropa. Aparte de comerlas, nos servían de ambientador.
ResponderEliminar¡¡Cuantos recuerdos!! El ir a comprarlas era como un rito...con el escaso dinero de que disponíamos los niños entonces, ¡qué tiempos!:
Alicia G.