sábado, 12 de julio de 2008

MI PRMER VIAJE





Cuando yo era un niño, (Tendría cuatro añitos mas o menos) me puse muy malito, se me junto el sarampión, la viruela y alguna que otra enfermedad, recuerdo que estuve mucho tiempo en cama. Mi madre me ponía unos calcetines en las manos para que no me rascara, porque decía que se me quedaría la marca de la viruela y es verdad, en la frente tengo un circulito que me quedo por rascarme. Mis amigos cada tarde se ponían en mi puerta de la calle Oliva 32, y yo los veía desde la cama pues no se podían poner a mi lado porque al parecer era contagioso.
El caso es, que mi madre la pobre viendo que lo mío no tenia cura, por la vía terrenal, hizo la promesa al Cristo del Gran Poder, que si me curaba me pondría un habito (se lo podría haber puesto ella). Fue un año muy malo para mí, yo con aquella camisa lila y aquellas moñas colgando de mi cuello, junto a la medallita prendida de mi camisa, todos mis amigos se reían de mi. Me cure, pero me quedaron secuelas, me quede medio agilipollado, me quedaron unos movimientos compulsivos de cabeza algo bestial, yo me pasaba todo el día moviendo la cabeza como un poseso, de atrás para adelante, de izquierda a derecha, la boca parecía que iba por su cuenta se habría y se cerraba al compás de la cabeza.
Mis padres viendo que el medico del pueblo, no encontraba remedio para ese ritmo diabólico de mi cabeza, decidieron llevarme a la capital, ese fue mi primer viaje largo.
Llegado el día del viaje mi padre fue a casa del relojero, a comprar los billetes para el correo, que salía temprano de Encinasola, conducido por el buenazo de Jaramillo, la compra de los billetes siempre me pareció algo lindo, mi padre decía…Joaquín... dos billetes y el Relojero decía, a Fregenal o a la estación…a la estación, decía mi padre, mi mujer va a Huelva con el crío a ver si se le cura este meneo de cabeza. Coño, coño, coño, decía Joaquín, vamos a echar un cigarro. Esta retahíla siempre era la misma, con el paso de los años viaje mas de una vez y cada vez era la misma pregunta, a Fregenal o a la estación y siempre terminaba con su coño, coño, coño.
Del viaje podría contar muchas cosas, una vez en Fregenal tenias toda la mañana hasta que pasara el tren, recuerdo que parábamos en un bar, creo que se decía de la viuda, allí nos sentábamos en un velador y a comer la tortilla o los huevos duros, hasta que subíamos al correo para ir a la estación. Era la primera vez que veía un tren, la maquina negra echando humo, los vagones de tercera con los asientos de madera, los túneles, no se me olvidara nunca, y mi madre tampoco lo olvido nunca, llegamos a Huelva sobre las seis de la tarde y a mi madre le dolía todo el cuerpo de sujetarme la cabeza.
Me cure del meneo, pero creo que desde entonces un poco agilipollado si que estoy, un abrazo para todos mis amigos y amigas, paisanos y paisanas como diria la ministra.


Antonio Vaello.

5 comentarios:

  1. Querido amigo:tu relato me ha encantado, y no he podido evitar reirme a carcajada, con tu carga de sinceridad y gotas de humor al mismo tiempo la foto de la cama un portento,tu ya eras un adelantado a tu tiempo ya veo que a tu izquierda te cuelga el MP3 y a tu derecha los cables de los cascos para escuchar música.
    Un abrazo.

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  2. Muy bueno Enrique, me has echo reír esta mañana, pero esos cables que ves a mi derecha, son de un artilugio que fabrico mi padre con pilas gordas de 12 v, del teléfono que había en mi casa, digamos que la primera luz de emergencia que se ha visto, cuando se iba la luz, que era casi siempre, teníamos las pilas.
    Un abrazo gordo.
    A.Vaello

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  3. Antonio nos conocemos haces muuuuuchos años, y mi hermano trabajó contigo y digo yo .- ahora entiendo por que Esteban tambien esta un poco agilipollao.
    Me ha encantado tu primer viaje.
    Un beso, y avisame cuando quieras que tomemos otro café, como sabes voy casi todos los dias por alli.
    besos a Carmen.

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  4. Antonio, yo también me he reído mucho con tu história. Está muy bien contada y es muy divertida. Veo que tienes mucho sentido del humor y sabes reirte de tí mismo eso está muy bien. Por cierto eras un niño muy guapo.
    Un abrazo.
    Carmen

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  5. Muy divertido tu escrito, parece que te sentó bien la viruela o por lo menos te lo tomastes con sentido del humor.
    Algún dia tienes que contar algo de ese enorme teléfono que habia a la entrada de tu casa y con el que algunos con enchufe podiamos hablar con Cumbres. !Toda una joya¡
    Saludos
    Pilar

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