martes, 22 de julio de 2008

El espantagatos



EL ESPANTAGATOS

Como cualquier casa de pueblo mi casa era muy modesta y como casi todas también tenia su corral, mas pequeño que otros pero al fin y al cabo era un corral. También tenia mi casa un horno de leña, que por estar destrozado mi padre aprovecho sus paredes para guardar la leña de la candela encima de el, a continuación monto un gallinero cerrado con tela metálica y siempre mi madre tenia sus cinco o seis gallinitas para poder comer huevos sin comprarlos.
En el tejado de este gallinero, que era un tejado de teja vana, siempre había por culpa de las gallinas unas ratas que no os podéis imaginar, yo las cazaba con mi escopetilla de aire comprimido. Todo esto que cuento es porque al haber ratas siempre había gatos, pero muchos gatos, y claro os podéis imaginar cuando se ponían todos a dar el concierto encima del tejado, aquello parecía una selva.
Para poder asustarlos y que no regresaran, mi padre empezó a darle vueltas a la cabeza y después de mucho pensar ideo el mencionado artilugio, al que llamo espanta gatos, que no era otra cosa que unas tablas de una caja de sardinas bien unidas unas a otras y con unas tablitas atravesadas y clavadas, con el propósito de hacer una base de madera lo bastante amplia y sólida, para poder clavar sobre ella unas laminas de aquel fleje metálico de 1’5 cm. que venía en los embalajes de madera, Los clavo separados unos de otros unos tres o cuatro centímetros y en la tabla cabrían ocho o diez de estos flejes, los unió uno si y otro no con un cable y le dio corriente, como antes no existían los diferenciales ni los térmicos, pues no había problemas.
Eso era el espanta gatos, mi padre lo ponía encima del tejado, le ponía una sardina encima y lo enchufaba, y hay estaba la diversión en las tardes de invierno, todos mirando por la ventana a través del cristal, mira, mira, ahora viene uno, se acercaba a la sardina muy lentamente, con su mirada de felino fija en la presa, un paso, otro paso, se quedaba inmóvil, otros dos pasitos, otra vez inmóvil, y sin parpadear ni quitar la vista de la sardina, ponía una pata encima del artilugio y nada, pero cuando ponía la siguiente patita hay esta, fffffffuuuu,mmmmmiiiiiiiaaaaaagggggauuuuffffffffff. Salto triple mortal con tirabuzón, ese cuando tenia que pasar por el tejado, lo hacia pero a mucha distancia de la tabla.
Esto que cuento puede parecer cruel, y se que alguno al leerlo piense que maltratábamos a los gatos, pero no es así, a mi a lo largo de mi vida y debido a mi profesión, me han dado miles de calambrazos y con mas voltaje que aquel con el que “castigábamos” a los lindos gatitos y no me a ocurrido nada….auque si lo pienso bien a lo mejor es de los calambrazos y no de la viruela por lo que estoy tan…………….
Un abrazo para todos, todos, todos.
A.Vaello

6 comentarios:

  1. Amigo Antonio eres un Crak, al final te tendremos que conceder la pluma de oro aunque sea simbolica,ha conseguido y con creces que me ria amandibula batiente.
    Un abrazo.

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  2. Antonio me ha gustado mucho el invento de tu padre, y aunque yo no soy un gato, vaya calambrazo que me dí en Barcelona en un descampado que habia bacas y tenian el cable, yo no sabia que llevaba corriente y me sente encima, ni te cuento el salto que dí, se me pusieron los pelos como a tus gatos, no dije mmaaaraammiiaau, pero dije ccooooooooññññññññññooo.
    Como te comenté la otra noche , yo no puedo contar mi historia.
    Un abrazo.

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  3. !Genial! Vaello eres divertidísimo contando histórias, me gusta tu sentido del humor. !Que ingenioso era tu padre!
    Un abrazo.
    Carmen

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  4. Antonio, lo que no inventara tu padre o su compañero Daniel, hacian reir a las piedras, un abrazo. Jose.

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  5. Genial el invento, lo malo es que los gatos de tu casa se fueron a la mia que está cerca, donde mi hermano, cosas de la época, fabricó un lazo y le amarró unas latas poniendolo en la salida una gatera que habia en el pajar. Juntandose el marramiamiuuuuu con el sonido estruendoso del nuevo invento.Pobres gatos, creo que se fueron a vivir a Oliva.
    Saludos
    Pilar

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  6. El amigo Vicente tenia muy buenas ideas, lo recuerdo mucho como mecanico,de nuestros tiempo.
    Faustino

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