domingo, 20 de julio de 2008

El rayo o la chispa


EL RAYO O LA CHISPA

Nunca olvide aquello que ocurrió, o mejor dicho aquello que atravesó mi casa, desde la puerta de la calle Oliva, hasta la puerta falsa de la calle Manuel Gomez, en aquella tarde de invierno. Todos podemos recordar como son esas tardes de tormentas en el pueblo, (tormentas fregenaleras que diría mi cuñado Rato, porque vienen desde la parte de Fregenal) tardes en la que solo quieres estar metido en casa, al lado de la candela o sentado en la mesa camilla, con el braserito bien encendido. Los que conocían mi casa y creo que es mucha gente, pues todos pasaban por ella para pagar el recibo de la luz, recordaran que tenia un pasillo, desde lo que podríamos denominar como “recibidor, comedor, despacho y cabina telefónica” hasta la cocina. Esa tarde nos encontrábamos todos sentados en la camilla, acordándonos de Santa Bárbara bendita, todos menos mi hermana Lola que se encontraba de pie planchando y delante del pasillo, yo creo que fue un milagro lo que evito que a mi hermana le ocurriese algo muy malo. Mi hermana se acerco a la camilla para hacer algo y fue en ese preciso instante que ella dejo el pasillo libre cuando ocurrió. Una luz cegadora, seguida de un ruido que no podría explicar, paso por delante de nosotros y se metió en la tierra, dejando un rastro de cables quemados y un olor muy raro. Que susto, nadie se movía, nadie decía nada, mi padre al rato solo acertó a decir, que aquello había sido una chispa, pues vaya con la chispa, mi hermana Lola se salvo por los pelos. Después una vez tranquilizados, fuimos a ver y efectivamente, la chispa o el rayo entro por la línea del teléfono y descargo por una piqueta que tenia mi padre puesta a tierra. En mi casa, hablar por teléfono en los días de tormenta siempre fue muy peligroso, a pesar de tener un tablero de madera con cuatro patas de un material aislante, cuando hablabas con tormenta y caía un rayo por la cuesta el Sillo, se escuchaba a través del auricular un chasquido, y es que la línea del teléfono de mi casa eran dos cables de cobre de 16 m/m, que colgaban de unos postes de castaño, mal clavados en el suelo, y que venían de la casa del electricista de Cumbres hasta mi casa, directamente y claro mas de un rayo les cayo encima. Por otra parte yo creo, que en la única casa que podía caer un rayo era en la mia, pues aquella casa era lo mas parecido a una central termina, tantos cables por todos lados, tantas bombillas encendidas, en mi casa todo era eléctrico, hasta un espanta gatos que mi padre fabrico era eléctrico, ya os contare como me lo pasaba yo viendo a los gatos escapar corriendo por los tejados. Un beso para todos.
A.Vaello

4 comentarios:

  1. Fantastica historia Antonio has conseguido ponerme los pelos de punta, las tormentas de por si ya son sobrecogedoras, se puede decir que aqel dia nacisteis de nuevo.

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  2. Antonio que peligro, tu hermana se salvó de chiripas.
    A mi abuelo le cayo un rayo encima y le mató a la burra, por el sillo. Iba con mi tio José los dos estubieron muy enfermos. Mi tio José cuando habia tormenta soltaba todas las herramientas y se iba a su casa y se metia en la cama, yo me acuerdo perfectamente de eso.
    Y mi madre se muer de miedo, no soporta la tormenta desde entonces.

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  3. Puedo imaginarme lo mal que lo debísteis pasar. Las tormentas eléctricas son muy peligrosas y con tanto cable como dices mucho peor. Lo bueno de todo es que es una anécdota que la podéis contar.
    Estoy deseando leer lo del espantagatos seguro que es muy divertido.
    Un abrazo.
    Carmen

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  4. Baya susto que os llevaríais, lo de tu hermana es que no era su día, por que mas cerca no la pudo tener, que miedo a mi madre también le ha dado siempre muchisimo miedo, yo recuerdo que cuando se ponen aquellos días tan negros que empezaban los truenos todos corramos a refugiarnos en la casa de la vecina, los hombres en el campo y las mujeres se juntaban unas pocas y se sentaban encima de la cama con los pies colgando por que era malo tenerlos en el suelo, y nosotras detrás de la puerta asomadas por las rajas que tenia la puerta entre tabla y tabla y las madres a voces con nosotras, "que recuerdos" un beso, Isabel. ahhhh aver si pones lo de los espanta gatos, me ha hecho gracia el nombre a ver de que va.

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