viernes, 5 de diciembre de 2008

Mi madre


EL PRÓXIMO DOMINGO DÍA 7, SE CUMPLEN 35 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE MI MADRE, ME GUSTARIA QUE ESTE MODESTO ESCRITO, FUERA COMO UN PEQUEÑO HOMENAJE A SU MEMORIA


MI MADRE

ISABEL VENTEPÁN LOBO: Así se llamaba mi madre. Que pocas veces he hablado de ella. Siempre que escribo algo termino hablando de mi padre, quizás sea porque con el estaba mas tiempo y porque el me consentía mas que ella, pero mi madre era una mujer excepcional, ella fue la que batallo conmigo durante mi niñez con mis males, ella se pasaba las noches en vela cuando mi hermana María se ponía enferma.
Mi madre a primera vista parecía poquita cosa, pero tenia un carácter y un genio “quepa qué”, era bajita pero tenia dos cuartas debajo del suelo, mejor era no verla cabreada, si le hacías alguna trastada y te cogía en ese momento estabas perdido, cuantas veces yo salía corriendo para que no me pillara y cuando regresaba sin acordarme de la gamberrada que le había echo, me estaba esperando con la correa en la mano y yo entraba por una puerta y al verla salía por la puerta falsa como una flecha.
Isabel la del teléfono como mucha gente le decía, era la que estaba siempre en casa atendiendo al público, cobrando los recibos de la luz, cogiendo los avisos. Y como se enfadaba cuando algún abonado debía mas de tres recibos y solo le pagaba uno, le soltaba la retahila (como no pagues los otros recibos al final te tendremos que cortar la luz) nunca se le corto la luz a nadie. Mi madre no sabia multiplicar, pero eso no le suponía ningún problema a la hora de cobrar varios recibos, creo recordar que el mínimo que se pagaba eran 36 pesetas o algo así, y mi madre cuando tenia unos cuantos recibos echaba mano del lápiz que tenia, (un lápiz que lo mojaba con la punta de la lengua y escribía azul) ponía tantas veces 36 como recibos había y hacia la suma y no se le escapaba una.
Mi madre, para “defenderse” de mi (lo de defenderse lo digo en sentido figurado) y puesto que yo era una fiera y un golfillo y no podía conmigo, usaba una correa que un zapatero amigo de la familia le dio a mi padre para hacer algún invento, una correa muy fina creo que se dice “tira pies” y los zapateros la emplean para sujetar los zapatos a la pierna para remendarlos, pues bien esta correa un día que yo le hice una trastada a mi madre la estreno conmigo y ya no la soltaba, se parecía a Indiana Jones, siempre con el látigo al hombro. Recuerdo que cuando nos sentábamos a la mesa, mi madre se ponía la correa colgada en la silla, pero solo lo hacia a modo de intimidación, no la solía emplear y si lo hacia no daba para hacer daño. Cansado de la correa decidí hacerla desaparecer, y un día la escondí en el “doblado”, debajo de una teja, la susodicha anduvo desaparecida durante años, pero mi sorpresa fue cuando ya me había marchado a Mallorca, y en una conversación telefónica con mi madre en la que le anunciaba que les visitaría por septiembre, me dijo que tenían una sorpresa para mí. Yo estaba deseando de que llegara septiembre para saber cual era la sorpresa, cuando llegue al pueblo y entre en mi casa me encontré con la sorpresa a boca jarro, mi madre me estaba esperando con la mítica correa en sus manos, como nos reímos mi madre corría de tras de mi diciendo,”que te creías que no aparecería mas”.
Resulta que ese verano, vinieron a mi casa unos albañiles para arreglar el tejado, y allí apareció la correa de marras. Quiero resaltar, que mi madre nunca nos pegaba por nada, siempre que intentaba pegarme era porque yo le habría echo alguna gorda, de todas maneras siempre lo intentaba pero nunca lo conseguía por el echo de que yo corría mas que ella.
Bueno hasta aquí he llegado, y como he dicho antes, quisiera que este escrito lo consideréis, un pequeño homenaje a mi madre y a las madres de todos vosotros, y si me atrevo a escribirlo es porque lo hago para vosotros, Enrique, Ana Mari, Isabel, Pilar, etc. Si pensara que nos lee mucha más gente creo que no me atrevería a escribir nada, porque por lo que podéis apreciar no se hacerlo, en realidad lo que hago es contaros mis recuerdos, para compartirlos con vosotros. Un abrazo y besos para todos.
Antonio Vaello

5 comentarios:

  1. Antonio que bonito todo lo que dices de tu madre, es cierto que casi siempre hablamos de nuestros padres mas que de nuestras madres, debe ser por que nos sentimos tan unidos a ellas que nó nos hacemos a la idea que nos falten y pensamos que siempre están a nuestro lado. Guapisima en la fotografia. Gracias por este relato que hace que conozcamos mas un poco de tu vida y de esa gran mujer que fué tu madre.
    Y aprovecho la ocasión para darte las gracias por portarte tan bien en el viaje conmigo, y por la fotografia que le dejastes a José.

    Un abrazo.

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  2. Amigo Antonio,Yo creo que las madres de aquella época tenían mucho en común, al hablar de tu madre me has traído el recuerdo de la mía,cuando yo hacia una trastá y yo salia corriendo, me decía tu corres que ya te cogeré, y como tu dice no me lo perdonaba,me cogía y me subía los perniles de los pantalones cortos y me ponía el culo morao, por eso cuando he escuchado hoy lo de la sentencia de esa madre no he podido evitar sentir rabia, ¿cuantos hijos están maltratando a sus padres?Esto se escapa de las manos, yo no quiero que se maltrate al menor pero una bofetada a tiempo creo que es la mejor medicina,mi padre solo me pego una vez, mi madre muchas era un sargento y que me perdonen los militares, pero no por ello deje de quererla con toda mi alma vivió siempre junto a mi y murió conmigo, como tu dices sirva este recuerdo para resaltar las virtudes y el sacrificio en tiempos tan dificiles para darnos todo su cariño y una buena educación.

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  3. Antonio, cuando al ir a comprar el repuesto de la bombilla fundida tu madre me atendia, la recuerdo como si fuera hoy, Jose.

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  4. Antonio,como siempre, me gusta lo que escribes esta vez recordando a tu madre, ellas eran las que se encargaban de los castigos nos pegaban, tambien lo hacian los maestros, en aquellos tiempos no se podia protestar ,sin embargo no estamos traumatizados,queremos a nuestras madres y las respetamos mucho, Y creo que esa educacion nos ha servido para ser buenas personas,estoy de acuerdo con Enrique hoy todo es distinto, los niños tienen muchos derechos y pocas obligaciones, Y es un error. Un abrazo Loly

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  5. Antonio gracias por escribir tus recuerdos y quererlos compartir con nosotros,un homenaje a tu madre ,pues si de alguna manera las madres eran las que normalmente llevaban la carga de los hijos,mientras los padres eran los que trabajaban para traer el !!pan!! a casa,y ellas las pobres eran las que te calentaban el culo con la correa en tu caso, y con la !babucha! o !alpargata! en el mio, yo recuerdo un dia que me mando a mi mi madre a por azúcar a casa de Ascensión ya con el café en el baso, me fui y a la vuelta me pare en el ensanche a jugar a los cromos me salio a buscar,y cuando llege me dio un repaso bueno, se tuvo que recalentar el café,pero son recuerdos buenos y todo lo hacian por nuestro bien,y ahora nos acordamos de todas esas cosas, y de los que nos faltan y en mi caso por suerte a mi madre aquí la tengo como tu la vistes, ahora me la como a besos todos los dias cuando la levanto cada mañana.por lo menos han tenido buena recompensa como dice Enrique con nosotros asta el final,cosa que nosotros no vamos a tener esa suerte por eso, por que ya las cosas no son como antes, un abrazo Isabel.

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