Recuerdo ese dia con cariño y con mucha nostalgia:
Debería ser por el año 1958 o 1959, yo tendría siete u ocho años, era el dia de la romería de Flores. Desde muy pequeñito al vivir en la calle Flores esquina con la calle la Fuente, siempre junto con mis padres y mis hermanos veíamos pasar a la Virgen por delante de nuestra casa, y la acompañábamos hasta la joya la fuente para despedirla. Mis deseos cada año eran los mismos, poder seguir mas allá y llegar hasta lo que para mi era algo fantástico, su ermita, ese año no se como, conseguí despistar a mis padres y ni corto ni perezoso enfile por la camina detrás de la Virgen. No tarde mucho en cansarme y recuerdo que alguien me monto en su burro y me llevo hasta la ermita.
Aquello para mi era una aventura maravillosa, recuerdo que todos los hermanos me llamaban y me daban de comer, comí hasta jamón algo impensable en aquellos años.
Pero mi alegría duro poco, al descubrir a lo lejos una nubecilla de polvo que se acercaba poco a poco. Era mi hermano Juan, que se acercaba raudo y veloz con su bicicleta sin barra a rescatarme, mis padres al notar mi ausencia tardaron poco en imaginar que yo estaría pasándomelo en grande en Flores, Mi hermano me cogio y una vez que me echo la bronca me subió en la bicicleta y de vuelta al pueblo.
Como podréis imaginar esa noche me fui al doblao a la cama sin cenar, pero os puedo asegurar que valió la pena y que esa fue la mejor romería de mi vida. La siguiente romería que fui, ya fue con mis padres y mis hermanas, nos llevo creo recordar Pepe Rufo en su Seat 1400, un abrazo para todos.
Antonio Vaello Ventepan
Debería ser por el año 1958 o 1959, yo tendría siete u ocho años, era el dia de la romería de Flores. Desde muy pequeñito al vivir en la calle Flores esquina con la calle la Fuente, siempre junto con mis padres y mis hermanos veíamos pasar a la Virgen por delante de nuestra casa, y la acompañábamos hasta la joya la fuente para despedirla. Mis deseos cada año eran los mismos, poder seguir mas allá y llegar hasta lo que para mi era algo fantástico, su ermita, ese año no se como, conseguí despistar a mis padres y ni corto ni perezoso enfile por la camina detrás de la Virgen. No tarde mucho en cansarme y recuerdo que alguien me monto en su burro y me llevo hasta la ermita.
Aquello para mi era una aventura maravillosa, recuerdo que todos los hermanos me llamaban y me daban de comer, comí hasta jamón algo impensable en aquellos años.
Pero mi alegría duro poco, al descubrir a lo lejos una nubecilla de polvo que se acercaba poco a poco. Era mi hermano Juan, que se acercaba raudo y veloz con su bicicleta sin barra a rescatarme, mis padres al notar mi ausencia tardaron poco en imaginar que yo estaría pasándomelo en grande en Flores, Mi hermano me cogio y una vez que me echo la bronca me subió en la bicicleta y de vuelta al pueblo.
Como podréis imaginar esa noche me fui al doblao a la cama sin cenar, pero os puedo asegurar que valió la pena y que esa fue la mejor romería de mi vida. La siguiente romería que fui, ya fue con mis padres y mis hermanas, nos llevo creo recordar Pepe Rufo en su Seat 1400, un abrazo para todos.
Antonio Vaello Ventepan
Antonio no sabes cuanto me alegra ver que participas en este blog. Y es que Enrique ha sabido tocar la fibra de todos, por que todos tenemos nostalgias y recuerdos.
ResponderEliminarPrecioso tu relato. Un besazo.
Antonio, me ha gustado mucho tu história. Sigue participando en el blog, es divertido recordar y escribir para que todos disfrutemos con su lectura.
ResponderEliminarSaludos.
Carmen
Amigo me alegro de verte por Nostálgicos, creo que ha sido una buena idea la de este blog, aquí reflejamos nuestros recuerdos infantiles y no tan infantiles ,al mismo tiempo nos reímos un rato con los cosas que contamos, te animo a seguir participando ,un beso Isabel-
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