En las noches calurosas del verano una costumbre generalizada era la de sacar una silla a la calle y tomar el fresco, las vecinas poco a poco iban formando sus grupos donde se comentaba la jornada de cada día, hablar de las faenas agotadoras como lavar llevando esas enormes paneras a la cabeza y recorrer grandes distancia para poder hacer la colada, yo recuerdo de acompañar a mi madre para lavar a la Fuentiña, al Cabal o la Pizarra, donde una de mis aficiones era perseguir a las libélulas, o hacer flautas con las adelfas.
Recuerdo una vez que estando lavando en el Cabal sentimos un ruido ensordecedor alguien grito, todo el mundo fuera del cauce, salimos corriendo arramblando con lo que encontrábamos a nuestro paso, y nada mas saltar la pared el cauce quedo totalmente inundado, corriendo a trabes de la tormenta acompañada de un gran estruendo de truenos y relámpago a ponernos a cubierto en una casa que había alrededor de tío Cruz, estas historias y otras era lo que se solía contar en esas noches de verano incluido algún chisme que otro, estas circunstancia las aprovechábamos nosotros para reunirnos en las esquina y jugar al escondite, al chicuento al Rey cojo y tantos y tantos jugos sencillos de aquella época.
Juegos recopilados en libro de Valonero, Encinasola 1950/60 “NUESTROS JUEGOS”
Fontenla.
Fontenla, que bien suena eso de "tomar la fresca". Es una buena costumbre que por lo que he observado cuando voy a la sierra no se ha perdido, todavía se pueden ver grupos de vecinos sentados en sus silla charlando y contando anécdotas.
ResponderEliminarSaludos.
Carmen
Gracias Carmen por tu comentario, y celebro que esa costumbre no se haya perdido,eso es algo maravilloso que en las grandes ciudades, por el ritmo de vida que llevamos, es imposble.
ResponderEliminarLeyendo este relato me viene a la memoria esas noches sentada al fresco con mi madre en la mecedora, y jugando hasta las tantas con mis amigos`por el Altozano, con Luis, manolo "calzo", la isabel, Andelita. etc etc..
ResponderEliminarPor suerte vivo en un pueblo que aun se estila tomar el fresco, en verano todas las gentes se saca la silla a la calle, Da gusto pasear por la noche.
El ayuntamiento tambien se encarga de que no decaiga, celebrando en septiembre la noche de " el sopar a la fresca", el pueblo se cierra el tráfico, y toda la gente adorna las calles y sacamos las mesas y cada uno participa haciendo una comida, el ayuntamiento se encarga de poner el vino y el postre. es una noche magica y alegre. en convivencia. ! que no decaiga !