Montar una corrida de toros, implica tener una plaza de toros, como en las grandes ciudades, o bien cuando llega la feria montar una a base de troncos como la que montaban en Barrancos, de la cual tengo un recuerdo imborrable unas de las veces que fui a Barrancos en su feria acudí a ver la corrida de toros y debajo del rellano que montaban para presenciadlos sentados como si fuera en la barrea, un niño tubo la feliz idea de “Mearse” y yo la de aguantar el chaparrón ya que no podía moverme apretujado por todas partes, dicha la anécdota, pasamos al relato que nos ocupa.
Para nosotros montar una corrida de toro era muy fácil, en primer lugar encontrar un trozo de corcho hacerles unos agujeros para ponerles unas cuerdas y una especie de asa por donde meter el estoque, las cuerdas servían para atarte el corcho a tu espaldas, encontrar al que quisiera hacer de toro para colocarle el corcho, y con una gran concurrencia de amigos comenzaba la corrida la capa podía ser una chaqueta o una camisa o un jerséis, a ser posible rojo, se picaba el toro que para ello uno de tus amigos hacia de caballo y otro de picador con una vara y una puntilla en la punta, se pinchaba en el corcho que llevaba el toro en sus espaldas.
Después el correspondiente tercio de banderillas que previamente adornadas con papelillos y su correspondiente puntilla, para clavarla en el corcho, cosa que hacia que los que presenciaban la corrida aplaudieran con gran entusiasmo, hacías tu faena, y después ha ejecutar la suerte de matar, con su correspondiente salida a hombros, hacer de torero era la ilusión de todos hacer de toro a nadie le gustaba, por eso había que utilizar, lo del Pito pito gorgorito donde vas tu tan bonito, etc.etc.
Otra manera más de matar el tiempo, y además muy económica cosa muy importante en aquellos tiempos, lo que nadie nos puede negar era nuestra imaginación.
Fontenla.
Para nosotros montar una corrida de toro era muy fácil, en primer lugar encontrar un trozo de corcho hacerles unos agujeros para ponerles unas cuerdas y una especie de asa por donde meter el estoque, las cuerdas servían para atarte el corcho a tu espaldas, encontrar al que quisiera hacer de toro para colocarle el corcho, y con una gran concurrencia de amigos comenzaba la corrida la capa podía ser una chaqueta o una camisa o un jerséis, a ser posible rojo, se picaba el toro que para ello uno de tus amigos hacia de caballo y otro de picador con una vara y una puntilla en la punta, se pinchaba en el corcho que llevaba el toro en sus espaldas.
Después el correspondiente tercio de banderillas que previamente adornadas con papelillos y su correspondiente puntilla, para clavarla en el corcho, cosa que hacia que los que presenciaban la corrida aplaudieran con gran entusiasmo, hacías tu faena, y después ha ejecutar la suerte de matar, con su correspondiente salida a hombros, hacer de torero era la ilusión de todos hacer de toro a nadie le gustaba, por eso había que utilizar, lo del Pito pito gorgorito donde vas tu tan bonito, etc.etc.
Otra manera más de matar el tiempo, y además muy económica cosa muy importante en aquellos tiempos, lo que nadie nos puede negar era nuestra imaginación.
Fontenla.
Cuando yo era muy chiquitina veia en la plaza a unos chicos mayores que jugaban a torear, igual que lo explicas aqui. ¿ eras tú uno de esos niños ?.
ResponderEliminarQue bien lo montabais, no os faltaba detalle, asta las banderillas de colores, y digo yo el que le tocaba ponerse de toro pasaría momentos de miedo sobretodo cuando se entraba a matar, pensando si la puntilla traspasaba el corcho, que bien lo pasaríais,!que tiempos aquellos!
ResponderEliminarIsabel.
eso no podia pasar, en primer lugar porque ya estaba calculado para que las puntas no traspasara, y la espada era de madera no cortaba y entraba por el asa que le poniamos, que era grandecito, eso si el toro despues se moria y todo.
ResponderEliminarFontenla, mi marido también ha jugado a los toros de la misma manera que vosotros. En aquellos tiempos se desarrollaba la imaginación y estoy segura que lo pasábamos mejor que los niños de ahora que todo se lo dan hecho.
ResponderEliminarSaludos.
Carmen