LAS NOVELAS POR ENTREGAS

En aquellos tiempos aparecía por los pueblos un señor que te dejaba unos cuadernillos que no era otra cosa que un capitulo de unas novelas interminables parecidos a los culebrones de ahora en la TV.
El motivo era engancharte, con algún que otro titulo, después dejaba la distribución a una persona del pueblo que era la encargada de repartirla quincenalmente, cada uno cogía los capitulo que le permitía su economía, luego con el tiempo se las intercambiaban las gentes para leerla, me acuerdo que mi madre cogío una cuyo titulo era Crimen Y Castigo, pero no precisamente la del escritor Ruso Dostoievski, esta era lo que se dice un autentico drama.
Lo mejor del caso era que todos los vecinos estaban impacientes por la llegada del próximo capitulo.
Era obligado por la noche sentarse en la mesa camilla darle una vuelta al brasero y con todas las vecinas alrededor yo comenzaba a leer el capitulo entre murmullos de rabia y sollozos, recuerdo una maleta llena de capítulos, me marche del pueblo y aun no estaba acabada estas novelas nos las enviaban desde Talavera de la Reina, lo se porque yo al final me dedique a distribuirlas, al dejarlas el que estaba a su cargo, lo normal era que la gente fuera emigrando poco a poco en aquella época.
Insisto tiempos maravillosos llenos de inocencias sanas.
Nota: otro de los títulos que recuerdo era Los Sietes Niños de Ecija
Fontenla.